Oscar Salas Bracamonte
Doctor en Economía - ExO FundationLos proyectos empresariales de inversión deben tomar en cuenta los cambios en el mercado y prepararse de cara al escenario post pandemia.
Los proyectos de inversión traen oportunidades de mejora para el crecimiento de las empresas, sin embargo, ante la actual crisis por la COVID-19, los riesgos también se incrementan y su gestión es una de áreas del conocimiento que involucra las buenas prácticas de la gestión de proyectos.
Es de esperar que nuestra economía recupere su nivel de desempeño anterior a la crisis a más tardar en el primer semestre del 2022. Por lo tanto, desarrollar un proyecto de inversión en estos momentos implica que esté listo para empezar su marcha cuando la actividad económica ya se encuentre razonablemente en despegue.
Consideraciones a tener presente
A nivel político, se han presentado muchos obstáculos y trámites burocráticos que obstaculizan el retorno total de las actividades empresariales. El gobierno, tiene como objetivo principal enfrentar la crisis sanitaria y reactivar la economía. No solo se requiere reabrir parcial o totalmente las distintas industrias, también es necesario más inversión privada que nunca. En ese sentido, una estrategia inteligente podría ser preparar proyectos para activarlos cuanto antes.
Sin embargo, el tema sanitario por las medidas de bioseguridad y la situación colapsada del sistema de salud, son aspectos que impactan de manera directa en la economía del país. Por tal motivo, el tema sanitario es muy relevante en el desarrollo de proyectos de inversión, donde se debe tomar en cuenta conceptos como el teletrabajo y el distanciamiento social en el diseño de los procesos de operación y atención.
Por otro lado, el consumidor y el mercado en general han cambiado, han surgido algunos nuevos hábitos que han llegado para quedarse y afectarán la demanda, la oferta y la dinámica empresarial. Por esta razón, se requiere un análisis profundo y que todos estos aspectos sean incorporados en el proyecto de inversión.
La reinvención tiene prioridad A1
Sabemos que el Perú ha sido un país eminentemente informal, y a raíz de la crisis por la COVID-19, este problema se ha agudizado, pero también es innegable la contribución del sector formal y de las empresas privadas a nuestra economía.
Actualmente, el mercado laboral busca responder a las nuevas exigencias del mercado con gente que no solo posea un mejor manejo de la tecnología, sino que también que sepa gestionar y asumir los cambios.
Esta lógica prevalece en la gestión de proyectos. Estamos frente a una oportunidad para reinventarnos, buscar satisfacer las necesidades de esta nueva sociedad y se requiere la identificación, el análisis y la cuantificación de los diferentes riesgos, en términos de probabilidad e impacto, para determinar su inclemencia.
Identificación de riesgos
Si bien un proyecto representa una oportunidad, también es necesario conocer los riesgos que este conlleva. Este proceso se divide básicamente en tres etapas. La primera consiste en la planificación e identificación de los riesgos. La segunda es el análisis cuantitativo y cualitativo. La tercera es la planificación de las respuestas a los riesgos, para mitigarlos, además del adecuado seguimiento y control para establecer escenarios de respuesta y adoptar las medidas correctivas oportunamente.
Es importante definir los riesgos que enfrenta nuestro proyecto, con relación a la reactivación económica. El cierre de la economía es largo y severo, mientras que la reactivación será frágil y pausada. También hay que considerar las industrias que se encuentran operativas y el estado de los sectores.
¿Cómo dar el primer paso?
Un proyecto de inversión viable será posible siempre y cuando:
- Se entiendan bien los cambios en el mercado, para esto, es básico conocer el perfil de nuestros nuevos clientes o el cambio de los actuales: Un proyecto de inversión viable será posible si, primero, entendemos los cambios en el mercado. Es necesario conocer el perfil del cliente, qué busca, qué privilegia y qué espera de nosotros.
- En segundo lugar, hay que determinar la propuesta de valor que deseamos ofrecer al mercado, compatible con sus necesidades.
- El tercer paso es analizar cómo empleamos la tecnología en nuestros procesos e incluirla en nuestro proyecto para hacerlo más eficiente y viable. Sin embargo, el aspecto más importante a considerar es que, hoy más que nunca, se requiere ser muy riguroso en el análisis exhaustivo de los proyectos de inversión para ser capaces de elaborar una propuesta sólida, viable y rentable.
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